Recuerdo que desde pequeña, cuando mi familia llegaba a un restaurante a pedir algo con ajo preguntaban con total naturalidad: ¿está seguro que el ajo es fresco y no de pote?
Y si no era fresco no ordenaban o exigían que usaran ajo fresco con nuestra orden. Imagínate entonces como es mi obsesión con este tema.
El ajo es económico, se consigue fácil, se encuentra todo el año, nos dura bastante dentro y fuera de nevera y hasta los más pequeños pueden pelarlo. Así que por favor: no lo compres procesado, cómpralo siempre fresco y en buen estado. Si conocieras todo lo que este pequeño hace en tu vida, lo tendrías siempre en la cocina.
El ajo es uno de los ingredientes más antiguos, utilizado desde siempre en la cocina y con mayor intensidad en la cocina hispana e italiana diría yo. Es un ingrediente tan poderoso que casi deberíamos de tenerlo también en el botiquín. Protege los pulmones y vías respiratorias, el corazón, el sistema digestivo, actúa como antibiótico protegiendo enfermedades, es anticancerígeno, ayuda a la presión, ayuda a reducir los niveles de colesterol, nos endurece las uñas, es antioxidante e incluso dicen que reduce el envejecimiento y que actúa como afrodisiaco natural en los hombres.
Es la base del sofrito de todos en la cocina. Yo lo uso para agregar sabor y aroma hasta en un simple arroz blanco. Cuando lo vayas a comprar, selecciona las cabezas más gordas, más blancas, firmes, sin manchas y con la cáscara intacta.
Si quieres hacer un aceite de ajo, calienta a temperatura mediana baja 1/2 taza de aceite de oliva y agrega 1 cabeza de ajo pelada, hasta que los ajos estén muy tiernos (que casi se desbaraten al tocarlos). Si deseas alcanzar un sabor similar a como si lo ajos estuvieran rostizados, calienta el aceite un poco más y permite que los ajos se doren hasta que se pongan marrón claro. Con este aceite puedes:
- Saltear una pasta y terminas con tomate freso y perejil
- Freír unos garbanzos
- Haces una perfecta gremolatta
- Como aceite base para tu arroz blanco
- Como aceite para cocinar cualquier proteína o agregarlo por arriba al servirla
- Lo sirves como aderezo para tu ensalada con un poco de limón, sal y pimienta
- Para tu hogao, chimichurri, pico de gallo o salsa favorita
- Por arriba de tostones (patacones) o yuca con un poco de cilantro y sal
- Para el pan caliente que sirvas previo a la cena
- Y hasta para unos huevos revueltos de champiñones
En fin, si sigo nunca termino. Se creativo, consume lo fresco... La Cocina No Muerde.